viernes, 24 de febrero de 2012

Pero que me quedes tú, me quede tu abrazo y el beso que inventas cada día


Y sí, me pueden las ganas, los labios, el lunar de tu cadera, no sé. La forma en la que me hablabas, en la que me tocabas o el ruidito que producían tus labios cuando me dabas un beso. Tus comentarios indecentes, la forma de interrumpir, de ponerme nerviosa, la tontería que tienes encima, el mítico comentario: te estoy ganando, tus mensajes, la forma maligna con la que te reías de mí, no sé. Solo sé que me sé esa película de principio a final, que tengo pensado que voy a desgastarte la próxima vez que estemos frente a frente, tengo pensado dejarte marca, más honda que las anteriores veces. Mira, escucha, que te echo de menos, no te imaginas cuánto, muy por encima del cielo, a miles de millones de años luz.


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